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RAMIRO SANCHEZ NAVARRO

Poemas de Amor Telúrico

Los Poemas de Amor Telúrico, de Francisco Mestanza Navarro

Los  Poemas de Amor Telúrico, de Francisco Mestanza Navarro

Esta es una publicación de la producción poética del poeta y escritor Francisco Mestanza Navarro, natural del Distrito de Uchucmarca, Provincia de Bolivar, Departamento de La Libertad,República del Perú.Nuestr0s amables lectores podrán juzgar de su calidad poética.

                                1. TERRUÑO DE AMOR

Alejado mundo que mis penas guardas,

en el oscuro silencio de tu olvido;

callas el suspiro que te mando

cuando estoy atareado y sumergido

en tu recuerdo...

Algún día volveré a ti, pueblo querido,

a buscar la sombra de tus saúcos.

Algún día volveré a verte.

¡pueblo de Uchucmarca!

¡pueblo de mis recuerdos!

Terruño de amor, tierno y dulce,

ahora voy hacia tí recordando

tus calles, por ellas,

anduvimos tantas veces, tu y yo,

vamos de la mano, como hermanitos, y en amena charla.

Algún día cuando muera

tus entrañas se abrirán

para guardarme.

Te quedaré de recuerdo,

tierra mía, que hoy te

añoro con el alma.

 

  2. ESCUELITA 1085


 

Las clases ya llegaron,

las vacaciones se fueron.

De nuevo la campanita

retumba a lo lejos diciendo

tilín, talán, tilín, talán.

Con su estentóreo sonido

alegre llama a los niños

a estudiar en sus aulas

las cosas del saber.

Año tras año, días tras día,

las puertas de tus aulas se

abren, cual capullos de flores,

para que en ellas entren los

niños y aprendan las cosas

de sus amores.

Escuelita, linda y querida,

yo venero tu recuerdo.

Hoy que estoy lejos de ti

evoco tu nombre con amor

y gratitud.

En tus venerables claustros

la luz del saber me iluminó

aprendí muchas cosas buenas

y muy útiles para la vida

Recibe mi eterna gratitud.

 

 3. LAS PACHACAS

Las pachacas bailan,

bailan como locas en

las noches de octubre

de todos los años.

De un altar a otro van

sin hallar reposo,

entre los bullicios y

el amor religioso.

Noches de la octava

y de la reoctava

casi siempre frígidas

y oscuras,

envueltas en sus mantos

de tinieblas,

y entre ventarrones

ululantes, lloran con

lágrimas de lluvia.

Pero las pachacas bailan

y bailan, al son de la caja

y de la flauta, que las toca

el músico con mucho entusiasmo,

y sin mostrar cansancio

en las noches de octubre.

 

Las pachacas bailan

con loco frenesí, ante


el altar de San Francisco

de Asís.

Ellas bailan y danzan

al son de la caja

y la flauta, del músico

que las toca con mucho

entusiasmo.

Ante el altar de Francisco

de Asís, en las noches de octubre,

los raros cantos de las pachacas,

se intercalan con las del negro

"coshabuena"

y cual himnos de alabanzas

y de plegarias elénvase varias

ante la venerable imagen de

San Francisco de Asis.

 

          4. LA MAJADA

Bajo a la majada, corriendo

a tropiezos, por sus vericuetos

y caminejos, que llegan desde

tan lejos.

Oigo de pronto el ladrido

de los perros bravos,

el bramido de los toros

y las vacas,

el relinchar de los caballos


y el rebuznar de los burros.

Es clara señal que ya estoy

llegando a la majada.

Desde las jalcas, desde

los temples y desde las quichuas

vamos rumbo a la majada.

La majada es el lugar donde

nos esperan siempre el barril

de chicha y los repunteros

para darnos la bienvenida.

 

         5. EL SOROCHE

 

¡Ay, casi nos asfixia!

ataca a quien quiere

sin piedad ni compasión

nos deja tirados en

algún ignorado camino.

Somos entonces los pobres sorochientos,

que vamos dando traspiés,

sintiendo que la vida se nos va

con los vómitos y mareos.

 

Ascendiendo por sendas

y vericuetos, que ya parecen

trepar el cielo, voy avanzando


pasito a paso, como un Cristo

cargando con su cruz.

Y es que el aire se ha

enrarecido, se ha hecho

más transparente.

Con mi respiración anhelante

siento que me asfixio.

Me llevo una mano al pecho, y mi corazón,

como un desbocado caballo, acelera su rítmico

palpitar, y ya parece que quiere estallar

o escapar por mi boca.

¡Ay, maldito soroche!, exclamo.

Me lamento y quedo sentado

boca arriba, en algún camino,

esperando que me pase

este maldito soroche.

 

6. EL SHUKAKI

 

Sudando frío y caliente

me digo: "caramba, este

shukaki me mata..."

¡Ay taitito! ¡Ay amito!

Jálenme del pelo, por Dios.

Que vergüenza y pudor

habré tenido.

¡Ay, que malestar pa’ maldito!


Hace buuumm en mis orejas.

Y mi pobre cabeza, que ya parece

estallar, amenaza con partirse

en dos. Mejor, ven muerte y

llévame.

De pronto veo llegar a un cristiano,

que viene hacia mi; consolado, exclamo:

"Dios está conmigo".

Le pido que me cure del shukaki.

Al verme pálido y maltrecho

procede a tirármelos, escucho

el "cluch, cluch" de

mi cuero cabelludo.

Es señal que me está reventando

el shukaki. Me dice entonces: "ya te pasará".

Concluye su trabajo,

escupiendo mi cabeza y haciendo

cruces en mi estómago.

"Santo remedio", exclamo, prosigo

mi camino, sintiéndome aliviado.

deseando que no me venga

otro shukaki.

 

    7. LA CARGACHA

 

Car... car... car... car...

la cargacha viene chillando


con la mala facha

de una cucaracha.

Viene a darnos el aviso

de que el día lloverá

¡Y que de no protegernos

nos mojará

Son sus plumas de oropel

y su pico, un clavo acerado,

que le sirve de broquel

vuela como puede

y no deja de chillar

Ya sus gritos parecen vanas

palabrerías, ¡cargacha bruja!

Eres dueña de las jalkas, y

de los roquedales; con tus

bullerías, vuélvete a tu nido

¡vuélvete a la chucha!

 

       8. HILANDERA VIEJA

 

Sin tener sosiego hilas,

hilas el hilo de tu destino.

Con mano inocente y experta

vas ágilmente girando el

uso bailarín.

La rueca y el uso son tus

instrumentos de guerra.


Con los que hilas los guangos

de tus bayetas, que luego

conviertes en abrigos contra

el frío y la mala racha.

Andas como puedes,

mujer de incierto futuro

vas por la vida callando

tus penas e hilando el

hilo de tu destino

¡hilandera vieja, yo te saludo!

 

  9. LA REATA

 

Sin encontrar remuda

trabajas y trabajas.

Te llaman reata por ser

oblonga y alargada.

Tu aseguras la carga

de un borrico.

Aguantas la lluvia y el sol,

nudos y malos tratos

que al fin y al cabo son

gajes de tu oficio.

Después de tanto trabajar

ahora te ves vieja y sola,

enrollada y rota.

Abandonada yaces en algún


lóbrego rincón. Ruegas desde allí

al dios bendito, que te tenga compasión

y un poco de consideración.

 

     10. EL PONCHO

 

Ponchito granate-oscuro

eres mi único compañero.

Tú eres como mi perro fiel

porque te llevo a donde voy.

Me sirves de abrigo, de frazada,

de banco y de colchón.

Y en horas de fatiga y de pena

secas mi sudor y mis lágrimas.

Ponchito granate-oscuro

eres muy abrigador y

compañero inseparable

de mi vida andariega.

Aunque no te quieran, cuando

te presto, sobre el hombro mío

y ajeno vas tranquilo a cualquier

parte.

Eres un viajero impenitente

y a veces también impertinente.

Ahora que estás viejo y raído

vienes a parar en carona

de mi burro.


Así irás acabando de pagar

lo que en verdad no debes.

 

    11. KUMULLCA

 

Hombre de la puna tu que miras

desde lo alto, ve a mirar el Kumullka

y aunque no lo mires tanto

es un cerro negro - azulado.

Sobre su pétrica piel,

adormecida y arrugada.

florecen las pagras - pagras,

cual si fueran hermosos repollos.

¡Cerro mágico y encantador!

tu que dominas las alturas

de nuestro querido Uchucmarca,

ahora te pido más pagras - pagras,

para el cumpleaños de mi amor.

Anda Kumullca, no seas malo,

ni tampoco ingrato, sólo te

pido tu retrato, para evocarte

siquiera por un rato.

 

      12. CASHURCO

 

Eres bravo y empinado

y hasta pareces muy enojado,


eres un cerro bien parado.

Con tus achupales estás bien

empenachado.

Qué tantos habrán subido

sobre tu empinada cabeza,

para contemplar desde allí

la hermosura del paisaje.

 

¿Sabes? cuando estoy lejos de ti

siempre te recuerdo... y te recordaré!

Eres la cima y el pedestal de los

cóndores, otrora antiguas

deidades del hombre chachapuya.

Cuando esté lejos de tu lado,

cuando ya no te pueda contemplar

evocaré tu hierática imagen

¡Oh, centinela de Uchucmarca!

 

          13. DON CARO

 

Al oír el bronco y fúnebre tañido

de la campana, la gente exclama:

"alguien ha muerto"; no, es el "cabodiaño"

de don Caro, responde un cristiano.

Don Caro hace un año que murió.

¡Caray! ¡ya casi nadie lo recuerda!

Es una pena que tan olvidado esté,


y pensar que fue el peón del pueblo

Su pobreza lo condenó al olvido

"ya era hombre sin futuro", decían.

quienes lo conocían conmoviéndose

de su pobre suerte.

Sin embargo, hay todavía

quienes lo recuerdan.

Su recuerdo perdura aún

en cada mañana y en cada

amanecer, pervive en el

canto sublime de los pájaros

y del viento que ulula, y que

sopla entre los pajonales.

Ese viento que dispersa ahora sus

cantos por doquier es el mismo

que gime y brama por su ausencia.

En tu choza de "Ventana"

cantabas a los cuatro vientos

tu soledad y tus penas,

tus tristes y yaravíes.

Fuiste un alma generosa

y un corazón sencillo,

hombre laborioso,

jornalero honesto,

agraria fue tu alma.

Nuestra tierra Uchucmarquina

cual madre amorosa y tierna,


ha hecho de su seno un lindo

lecho para cobijarte.

Que la paz de tu santo sepulcro

te acompañe.

Vivirás por siempre en nuestro

recuerdo

y en nuestros corazones.


     14. BORRACHERA

 

Dese día no recuerdo,

dese sueño nunca olvido,

hablan borracho y guarapo,

arreando la yunta ’e rashos,

dando vueltas al trapiche.

Gota a gota cae el caldo,

de la caña amarillenta

por la calor de ese día,

en la calle lo celebran

¡con tremenda borrachera!

 

yunta ’e rashos

El poeta, utilizando un lenguaje popular, alude a dos bueyes, que hacen la yunta. El término rashos quiere decir que los bueyes presentan la piel moteada ,con puntos de otros colores, los que pueden ser blanco y negro, blanco colorado, etc.

 

        15. NOGAL

 

Nogal viejo del corral,

y vengo esta mañana,

jalando de tus ramas

pa´ que caiga el granizo.

Tu dueño te sembró,

con tanta poesía,


pensando con razones

de grandes beneficios

por eso cuando mueras,

las aves llorarán

buscando a tus ramajes

que les sirvió de abrigo

Nogal, que estás al lado

de una casa desnuda...;

hecha, allá por los años,

cuando viviera Don Juan.

 Don Juan.

El poeta evoca a su abuelo materno y a su casa; la que, en efecto, se halla abandonada, sin techo y sola en paredes.

Nota.-El escritor y poeta Francisco Mestanza Navarro nació en Uchucmarca un 10 de octubre de 1964 y actualmente radica en Huamachuco,la tierra de Abelardo Gamarra Rondo,José Faustino Sánchez Carrión, Ciro Alegria  Bazán y otros.La foto que ilustra este trabajo corresponde al Distrito de Uchucmarca y ha sido tomada por John Servayge.